Han pasado más de tres meses desde que la Junta Directiva de la Federación Interinsular de Automovilismo de Las Palmas quedó en funciones. En declaraciones propias, porque así se ha recogido en notas de prensa emitidas desde la misma FALP: “La actual Junta de Gobierno de la Federación Interinsular de Automovilismo de Las Palmas, dirigida por el vicepresidente en funciones Alejandro Falcón, tiene la intención de continuar con el programa de trabajo previsto y concentrar todos los esfuerzos en afrontar la intensa segunda parte de la temporada 2024 y el buen desarrollo de los campeonatos programados.” Y, vaya por delante, que si que se ha seguido a pie juntillas con esta afirmación.
Bien distinto es el trabajo que debe emanar desde la figura federativa de cara al año 2025. A estas alturas y quedando menos de dos meses de la última prueba calendada por la FALP para 2024, nada se sabe de lo que la Federación plantea para la próxima temporada. Cuestión que, por otra parte, es lógica, pues a una Junta Directiva en funciones no le corresponde proyectar, sacar adelante iniciativas a medio y largo plazo, mirar a los retos a los que se enfrenta el automovilismo de Las Palmas en los próximos tiempos… Es por ello que, sin temor a equivocarnos, podemos decir que la ausencia de una Junta de Gobierno con plenas competencias y de un proyecto para el futuro lastra enormemente a nuestro deporte. El atraso de la convocatoria del proceso electoral va a traer dificultades para la temporada 2025, principalmente en su comienzo y que, sin ánimo de creer que esta decisión esté motivada, habrá que desarrollar en poco tiempo lo que se hubiera podido gestionar desde meses atrás.
Y para muestra, un botón. En la jornada del lunes, 21 de octubre de 2024, expiró el primer plazo de solicitud de fechas en la DGT para eventos deportivos del año 2025 sin haber existido una reunión de organizadores de cara a comenzar a tratar el próximo calendario 2025, tema vital para el correcto desarrollo del inicio de la temporada. Por ende, los organizadores habrán, o no, solicitado las primeras fechas por su cuenta, especialmente aquellos que pretendan sacar sus pruebas en la primera parte del año, todo ello en lo que se resuelve el dilema electoral y se elija al nuevo presidente/a. Ello acabará condicionando al calendario de pruebas 2025 el cual previsiblemente arrancará más tarde, probablemente en los últimos fines de semana de marzo, para que con la irrupción del WRC en abril, la actividad deportiva casi que vuelva a reiniciarse en el mes de mayo. ¿Qué cuál será el escenario que surgirá? Pues un calendario incomprensiblemente masificado entre mayo y diciembre, atendiendo a que en verano las pruebas están limitadas en su celebración.
Por otro lado, mantener la independencia de las Federaciones es un tema fundamental. Es evidente, que con un proyecto caduco y una Junta de Gobierno en funciones, con una Asamblea a expensas de la convocatoria del proceso electoral y trasponiendo decisiones importantes a otros órganos y federaciones pone en tela de juicio la operatividad y la independencia federativa. Pues queda constancia, en público y por escrito, que no se toma parte en el curso de las posiciones federativas por parte de las respectivas juntas de gobierno.
Por esto, y bastante más, y aunque el artículo 8.6 de la Orden de 4 de octubre de 2001, de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes, por la que se regulan los procesos electorales en las Federaciones Deportivas Canarias (BOC 137, de 19.10.2001) que deja claro que la dimisión de un presidente implica que, quedando más de seis meses para el próximo proceso electoral ordinario, se deben convocar elecciones en el curso vigente, debemos tomar conciencia. Desde nuestra parte sólo se solicita que se ponga en marcha un proceso participativo donde la Asamblea General de la FALP sea quien decida el presente y el futuro de la misma, pues es allí donde reside la soberanía del deporte en Las Palmas.
Dani Ponce.